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21/3/12

Locos del Ritmo - 15-Marzo-2012


El pasado 15 de marzo, se presentaron Los Locos del Ritmo en el Aramys, agradezco a Federico Rubli, la siguiente reseña. Las fotos son de Los Locos del Ritmo en vivo en 2009. Las fotos, se las agradezco a Gilberto Urquiza....saludos: GZ

UNA NOCHE IMPORTANTE
-Los Locos del Ritmo versión 2012-
Federico Rubli Kaiser

Cae una torrencial tromba sobre el sur del Distrito Federal, es jueves 15 de  marzo de 2012 y eran aproximadamente las 7 de la noche. Me aprestaba a escaparme de los bomberazos de la oficina para acudir a una cita realmente trascendente. Unos días antes tanto Ramón como Mario me llamaron para recordarme del evento y que no fuera a fallar.

Llevaban ya algunos meses ensayando con ahínco para la ocasión. Inclusive están terminando de grabar un disco. Se trataba de la presentación ante los amigos rocanroleros de Los Locos del Ritmo-versión 2012. 

A pesar del intenso tráfico debido a la descomunal tormenta, llegué sobre las 9:15 al Aramys, un escaparate ya tradicional sobre la Avenida Plutarco Elías Calles que escenifica rock & roll a rienda suelta en sus dos locales con los que cuenta. La consigna para la presentación de Los Locos del Ritmo era muy clara: se trataba de un “debut” para los cuates, no  había osto de  cover y había que traer su propia bebida y botana.  Así, armado con una botella de vino, al entrar me topé inmediatamente con caras conocidas, figuras trascendentes y relevantes del mundo del rock & roll mexicano de ayer y hoy: ahí en diversas mesas saludé a Pepe Rojo, Memo Rodríguez, Carlos del  Vecchio,  Julia Palacios, Toño Carrizosa, Emilio de la Barreda, Fernando Páez, Sergio Ruiz, el Negro Orozco, al siempre afable Alfredo González, a Alberto Cruz (Avandarito) con Tony, al tocayo Federico Luna, al repuesto Paco Arreola, a la leyenda de los Secres del rock & roll que es el querido Costeñito, a Alex Ortiz, y desde luego a las estrellas de la noche, Mario Sanabria, Pepe Negrete, Ramón Rodríguez, Juan Santos y Julio, el novel requintista.

Había muchos más que estaban ahí y que al no mencionarlos estoy cometiendo una reprobable omisión por la que pido disculpas. Emilio de la Barreda y Los Sparks se encargaron de abrir la noche en el escenario.  Mi querido Emilio, te digo que estos Sparks con Sergio, Hugo, César, y Gilberto Urquiza en el bajo como invitado están sonando muy bien.  Acoplados y coordinados deleitaron y calentaron el ambiente con un buen repertorio de rocanroles clásicos en español. A pesar de que Emilio traía un problema en la garganta que le impedía vocalizar al 100 por ciento, hacía su mejor esfuerzo y movía agitadamente su pandero para compensar  lo que no podía hacer con la voz. 

Después de tocar por espacio de una hora, llegaría el momento estelar. Ahí en el escenario estaban unos reagrupados Locos del Ritmo con pepe Negrete, su fundador por el año 1958, Mario Sanabria quien se unió al grupo en 1960, el Ratón Rodríguez, miembro  original de Los Sinners, Juan Santos, excelente baterista que se desempeñó en un sinfín de grupos importantes, y Julio, un talentoso guitarrista, muy joven perteneciente a otra generación que nos viene a demostrar la inmortalidad del rock & roll y de que éste no es cuestión de edades. Ya Julio había acompañado a los Locos del Ritmo en noviembre de 2009, en aquél fallido intento por redefinirse como grupo habiendo hecho tres presentaciones en el Bar Amapola de la Avenida Insurgentes. En esa ocasión se reunieron Pepe, Mario,  el Che y Chucho González apoyados por Fernando Vahauks y Julio. Y digo intento fallido porque fue efímero y accidentado: supuestamente Lalo Toral iba a estar presente pero sus compromisos con el TRI se lo impidieron, y sólo en la primera presentación tocó Chucho, pues un berrinche hizo que ya no se presentara en las actuaciones siguientes. Ello dio pie para que el joven Julio asimilara, inmerso en la emergencia de cubrir enteramente la parte guitarrística, las rolas de Los Locos y su sonido peculiar. 

La actuación de Los Locos del Ritmo fue impactante. Desplegaron una intensidad y energía en el escenario como en los viejos tiempos, inclusive con los pasos coordinados que hace más de 50 años era una de sus características principales. Se escucharon con toda fuerza Pólvora, Me botó, la Mantequilla, por supuesto Chica alborotada, Sabor a nada, Haciéndote el amor, Aviéntense todos, Tus ojos, Yo no soy rebelde, Qué voy a hacer,  y otras más. Conforme pasaba la actuación trataba de encontrar alguna crítica, alguna falla, y…saben que… no detecté una sola. La voz de Mario se escuchaba como nunca de bien: intensa cuando así debía ser (en Pólvora y Chica alborotada por ejemplo),  y mesurada y romántica (por supuesto en  Tus ojos y Sabor a nada).

Los teclados de Pepe Negrete (DON PEPE con mayúscula porque es el indiscutible patriarca del rock & roll mexicano) se escucharon bien, destacando cuando así debía ser y brindando acompañamiento cuando la rolas así lo demandaban. Qué gusto que Pepe se haya repuesto tan bien de su reciente problemita de salud, al verlo con ese entusiasmo característico frente a sus teclados, sin duda el rock & roll fue lo que lo curó. La gran energía rítmica la dio el perfecto binomio acoplado entre el bajo de Ramón y la bataca de Juan. El Ratón tocando su legendario Fender de manera fresca y cadenciosa (aquél instrumento que originalmente adquirió Carlos Loftus por el año 1959 o 1960 y que pasó por varias manos y con el que se grabaron los más importantes rocanroles en español;  si ese bajo hablara…),  y Juan ejerciendo una excelente fuerza equilibradora, ningún redoble de más, ningún platillazo fuera de lugar, todo con precisión y puntualidad. De Julio solo puedo admirar su gran talento, su profesionalismo, su capacidad para asimilar el sonido del rock  & roll de los sesenta, y su entusiasmo para integrarse con esta generación que son sus maestros.  Mención merecen los  encargados de sonorizar al grupo, pues el sonido estuvo muy bien equilibrado tanto en volumen como nitidez entre cada instrumento y la voz, aprovechando una buena acústica del lugar. Si acaso, en algunas ocasiones el piano de Pepe no se llegaba a distinguir bien y era opacado por los demás instrumentos.

En suma, estos Locos del Ritmo 2012 suenan muy integrados, muy bien acoplados, llenos de energía y deseosos de brindarnos toda su entrega en cada una  de las rolas que interpretan. Algunos críticos mencionan que los músicos rocanroleros pioneros solo quieren vivir aferrados al pasado tocando sus viejas “glorias” y no quieren innovar y evolucionar.  Puede ser el caso de algunos grupos, pero en el caso de estos Locos difiero rotundamente.  Para empezar, su repertorio son puros himnos del rock & roll mexicano, y en segundo lugar y de manera más importante, imprimen sonidos frescos e innovadores a las versiones originales, respetando desde luego la anatomía y estructura original de las rolas, pero aderezadas con ciertos rasgos diferentes. Con ello, se escuchan las canciones básicamente conforme a su versión de antaño, pero con rasgos de repente novedosos. Siendo los Locos de Ritmo quienes son, ni más ni menos que los que detonaron el género en México, lo que esperamos de ellos es precisamente que nos deleiten con sus éxitos inmortales.

Fue una noche importante para el rock & roll mexicano. Lo lamentable es que algo de tanta trascendencia no haya tenido más eco. Esperaba encontrarme a un mayor número de los adeptos al 3 círculo conocido de músicos y seguidores del rock & roll. También, a pesar de haber  estado convocados los colegas de la prensa especializada para darle difusión y cobertura al evento, prácticamente nadie llegó. ¿Donde estaban todos mis amigos? Entiendo lo complicado de la noche por la fuerte lluvia, pero ni siquiera tarde llegaron.  Por otro lado, este espectáculo es digno de difundirlo mucho más allá de un ambiente “casero”, entre cuates, como lo es este local del Aramys.  Este show es digno del Teatro Metropolitan, o el Blanquita, o el Lunario, y si me apuran tantito, inclusive del Auditorio Nacional.

Entusiasmo y seguidores del rocanrol pionero sí hay, lo que se requiere son  promotores y empresarios del espectáculo que con visión lo lleven a lugares aptos y dignos.

Desde mi modesta trinchera seguiré luchando por la difusión y dignificación del rock & roll mexicano; y extiendo  una muy sincera, fuerte y cándida felicitación y abrazo a Los Locos del Ritmo agradeciéndoles de corazón el habernos obsequiado una noche verdaderamente importante.

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